Análisis reflexivo de la educación y la pedagogía

Por Manuel Brossard

Reflexionar sobre educación y pedagogía no es un tema nuevo y posiblemente nunca lo será. A modo propio, el hombre no llega a ser hombre más que por la educación, no es más que lo que la educación hace por él. Educación y pedagogía son un tema complejo en un escenario difícil y delicado para los actores sociales. 

La educación es el derecho más elemental y el valor esencial de lo que el hombre es y debe ser, más allá de los considerandos básicos para vivir, o desde mi punto de vista, para sobrevivir. La supervivencia no nos concede dignidad alguna. La dignidad humana se alcanza gracias a la razón, es decir en la educación, el acceso a la cultura, el desarrollo del juicio y la capacidad, pero este derecho es el que más esfuerzo y trabajo requiere. El acceso a ella tiene que estar garantizado, pero tampoco pequemos de ingenuos, el problema educativo persiste, asechando de diferentes formas y con diferentes “culpables”, convirtiendo la escuela en un sector en crisis, donde la política ha conquistado la educación a través de ideologías igualitarias que no tienen como meta necesaria la adquisición de conocimientos ni la formación ética de los educando ni menos el “cambio social”; se han asignado cometidos ajenos a su naturaleza y finalidad. Cabe aclarar que los culpables de este círculo afirman no tener responsabilidad y que el gran culpable señalado es el gobierno y las autoridades educativas, pero esta situación es real. No solo no hay un supuesto gran y único culpable, sino que (a los ojos de ellos y creo que parte de los míos) no hay ninguno. Nadie parece sentir culpa por la educación que tenemos pero, todos declaran hacer el mejor esfuerzo y dicen ser víctimas de alguien más, en si se demuestra que la culpa esta allá afuera. En fin, las instituciones educativas deben ir articuladas a una dinámica social con necesidades y características específicas en las cuales, la cultura y la política, sean soportes ineludibles e insustituibles. 

La educación adquiere un papel vital si queremos que el estado de las cosas cambie; de hecho la educación no tiene valor por sí misma, sino que la tiene con respecto de alguien. Decir esto no va mucho más allá de decir una obviedad. El verdadero problema, el más difícil de resolver, es el saber cómo educar. El más difícil y actual problema, es educar a quien no quiere ser educado. No hablo solo de la transmisión de conocimientos y valores, hablo de conseguir un ser autónomo, libre y constructivo que mejore su calidad mediante experiencias intelectuales, artísticas y emocionales. En la medida en que se presenten “reformas educativas”, las cuales tienen sentido directo, la educación se convertirá progresivamente en un problema que hay que explicar, comprender y resolver. 

Hoy la educación se acostumbró a ser aplicada por recetas diseñadas por otros. Dejando al docente la posibilidad del ser una única alternativa, la de investigar y a la vez crear una nueva fórmula pedagógica sin procesos en serie. El docente tiene que replantear y reconstruir permanentemente su obligación laboral. En pedagogía si no se aprende de la experiencia, necesariamente se cae en la repetición. Esta exigencia motivante, que busca el mejoramiento del proceso educativo, genera una reflexión pedagógica que propicia preguntas y actividades de carácter investigativo. La investigación educativa es un proceso que se somete al análisis crítico y a una evaluación de las formas y métodos de atención y transformación social en el aula. Para generar la pedagogía a través de la investigación se tiene que asumir la crítica o mejor dicho acepar la autocrítica, generar la creatividad del trabajo cotidiano, enriquecer la rutina docente desde otras perspectivas, manifestando la curiosidad constante y demostrando la madurez. Resumiendo, se trata de volver práctica docente un ejercicio de investigación cotidiano: un modo distinto de ir al aula y de relacionarse con los alumnos y sus procesos de formación, generando así un sistema educativo entramado a la vida social y cultural que le da vida y orientación al educando.


Manuel Hernán Brossard , es un colonense de 22 años que estudia el Profesorado en Educación Tecnológica en la Escuela Norma Superior “Mariano Moreno” de Concepción del Uruguay. 

Ha participado activamente en el Centro de Estudiantes de la E.E.T. N° 2 “Canónigo Narciso Goiburu”, siendo su presidente durante dos años. 

Actualmente es Secretario de Finanzas del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal “Mariano Moreno” Nivel Superior, y dicta clases de Tecnología en escuelas de la vecina ciudad de San José.

Comprometido desde muy joven con la actividad social y política de nuestra ciudad, es militante e integrante de la Juventud Radical Colón.

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