Feminazi alardea: "Aborté porque era hombre... No quería traer otro enemigo al mundo"

Se multiplica el alarde de las partidarias del aborto indiscriminado propagando a los cuatro vientos su experiencia embarazándose y abortando por placer. En este caso, una feminista amparada en el seudónimo ‘Lana’ escribe – en un blog marginal – que abortó a su bebé porque era un varón, un ‘monstruo’, un ‘enemigo’ más en el mundo. El texto se tornó ‘viral’ y colocó a la luz otra cara de la moneda del aborto selectivo. No afecta sólo a niñas ni acontece únicamente en países ‘lejanos’.


Cuando las personas piensan en aborto selectivo por sexo, generalmente imaginan una cultura patriarcal que desvaloriza las vidas femeninas en algún lugar lejano, en el extranjero.

Pero una integrante del ala radical del movimiento feminista confiesa online que mató a su propio bebé porque era hombre y “no podía traer otro monstruo al mundo”. Y afirma que haría eso nuevamente “en un abrir y cerrar de ojos”.

La mujer, que escribe con el seudónimo ‘Lana’, contó su historia de ‘generocidio’ inverso en un texto intitulado ‘Yo aborté mi bebé: porque era niño‘, publicado el 17 de enero pasado en el blog Injustice Stories. [Es un blog marginal, abierto ese mismo día; el texto de ‘Lana’ es el primero publicado].

‘Lana’ describe su felicidad inicial al descubrir que estaba embarazada, en la primavera de 2012.

“El dinero no era realmente un problema y yo sabía que sería por mi misma una buena figura materna para la niña”, escribió. “Siempre creí en el derecho de todas las mujeres a elegir interrumpir un embarazo, pero cuándo confirmé el diagnóstico en el primer mes de la gestación, decidí que YO ESTABA preparada para tener ese bebé”, el énfasis es del texto original.

Entonces, como tantas otras madres, cambió de opinión sobre el aborto después de ver el ultrasonido. Tendría un niño.

“Yo no podía traer otro monstruo a éste mundo”, escribió. “De la forma en que está, ya tenemos muchos enemigos”.

‘Lana’ describe exactamente dónde desarrollo su misandria, revelando que trabajó para el “Movimiento Feminista” (así, con mayusculas) al punto de “dejar de lado su carrera”.

Integrantes del ala radical del movimiento feminista han intentado construir un mundo sin hombres. Un nuevo documental, She’s Beautiful When She’s Angry [Ella es hermosa cuando se enoja], presenta a detalle grupos como The Furies [Las Furias], un colectivo lésbico con sede en Washington, del cual hacía parte la escritora y guionista Rita Mae Brown (y que excluía hombres por motivos ideológicos, para ellas la heterosexualidad era la raíz de toda opresión).

Algunas feministas ultra-radicales justificaron en sus obras el ódio contra todos los hombres. Robin Morgan, editora de la publicación Ms. Magazine, dijo alguna vez: “Creo que el ‘ódio a los hombres’ es un acto político noble y viable, que los oprimidos tienen derecho a un ódio de clase contra la clase que les oprime”.

En su texto, ‘Lana’ detalló su implicación en el movimiento Occupy Wall Street, en la ciudad de San Francisco.

Y luego, expuso que no podría criar un niño, un varón, porque a fin de cuentas “el entraría en contacto con otros niños, hombres… que inevitablemente deformarían con su simpatía la educación recibida, tan cuidadosamente construída”. Al fin y al cabo, “el pensaría: no todos los hombres son malos”.

“Yo sabía lo que debía hacer”, escribió. Optó por el aborto.

“Para mi la experiencia fue liberadora”, acrecentó.

Admitió que “las emociones que sentí en cuanto decidía lo que debería hacer, después de saber que mi feto era un niño, son cosas que no desearía a mi peor enemigo”; y consideró que, “salir de eso como una mujer libre hizo con que [el aborto] valiera la pena”.

“Si yo tuviera que hacer todo nuevamente, lo haría en un abrir y cerrar de ojos”, escribió. “Si la maldición retornara, yo haría exactamente lo mismo otra vez”.

No todas las personas próximas a ella concordaron con su decisión. “En los últimos 3 años, perdí muchos amigos, y muchas personas de mi propia familia cortaron completamente los lazos conmigo”. ‘Lana’ está convencida que ellos “no aceptan el hecho de que tengo derecho a elegir”, y considera que la decisión de eliminar a su hijo, difícilmente afecta a su familia.

La historia de ‘Lana’ es el otro lado de la moneda de aquello que denominan ‘generocídio’, neologismo que define la eliminación – muy difundida en algunos países – de niñas que son eliminadas antes de nacer por el hecho de ser ‘mujeres’; ha sido denunciado incluso por defensores del aborto. El ex-presidente Jimmy Carter llamó el fenómeno de “el peor abuso a los derechos humanos en la tierra”.

“La peor estadística que conozco es que 160 millones de niñas desaparecieron de la faz de la tierra, porque fueron muertas al nacer o abortadas selectivamente cuando sus padres descubrieron que el bebé era una niña”, dijo Carter al presentador David Letterman en marzo del año pasado.

En enero del año pasado, el periódico británico Independent publicó un reportaje que concluye que en Gran Bretaña anualmente ‘desaparecen’ entre 1 mil 400 y 4 mil 700 niñas por causa de abortos selectivos.

La ‘confesión’ de ‘Lana’ es un raro relato de una feminista occidental que procura conscientemente matar hombres porque poseen un cromosoma ‘Y’.

Analistas que leyeron el relato online de Lana no consiguen creer en la intensidad del ódio que tiene por los hombres. “No se que decir sobre ésta mujer”, escribió Rebecca Hamilton, miembro de la Cámara de Diputados del estado de Oklahoma desde hace 18 años. “No se decir si fueron episodios terribles los que le hicieron ser así, o si está usando su versión de feminismo completamente deformada para exaltar su propia sicopatía”.

Hamilton escribe que este tipo de homicidio ideológicamente dirigido es la consecuencia natural de aborto a la carta. “¿Por qué alguien haría eso?” , se pregunta. “Debido a que pueden. Cuando tu legalizas matar a personas justificándolo por un motivo determinado, ellos podrán – después – ser asesinados por todas las razones posibles”.

Fuente: Notifam
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